martes, 24 de marzo de 2009


Manuel Boó




Me preguntó por el color de mis ojos como quién pregunta por el color del pelo o su largura, sin yo saber que buscaba en cada una de las miradas el mar para bebérselo hasta emborracharse y así ahogar sus nadas, que lo colmaban de las incertidumbres de cuerpos desnudos.

- ¡Sinvergüenza, te pone el azul o el verde y desprecias las miradas colmadas de otoño! Charlatán de feria! ! Ladrón de alientos!

Mi día amanece revuelto sin ser un desayuno de huevos.


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