viernes, 8 de mayo de 2009



Te cuido como siempre, desde éste mi silencio de espera. En el remanso de esta tarde siento el descanso del oleaje. Las luces aguardan, carentes de impaciencia, su hora. Mientras, disfruto del reconfortarle ocaso rosáceo e íntimo de los últimos momentos del día. Mi sueño se despereza.
-!Escucha! - El murmullo acompasado de los amantes latiendo en Venezia
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