sábado, 18 de julio de 2009






La imagen es borrosa, inclinada (La fotógrafa no había bebido, pero tiene una inclinación peculiar en todo lo que hace.) y está un pelín desenfocada, pero me encanta esa estela en el mar; como si fuese el surco aterciopelado que han dejado las escamas doradas de una sirena en su camino hacia donde los sueños se abren en horizontes. La senda de su recorrido, la dejó, aquí, para que tu y yo la encontráramos y pudiéramos habitar esos paraísos intuidos.

Me hace pensar en un cuadro y no en una foto. Me transmite armonía y sereniad. Es muy relajante. Reconozco que mirar el mar, en silencio, me reconcilia de muchos de mis demonios.



2 comentarios:

John Smith dijo...

Los pequeños defectos hacen de la vida algo mejor.Sería realmente surrealista que todo fuese perfección aunque intentemos llegar a conseguirla mas de uno...(y ahi me incluyo a mi mismo)
Como dice, la foto en si recuerda mas bien a un lienzo que a una máquina...
Ayer noche tuve el placer de contemplar la lluna llena en la playa mientras olvidaba los problemas que solemos llevar en la mochila a cuestas, mar en calma sin apenas olas que hace sentir paz interior.Muy recomendable

Magnolias en el jardín dijo...

Qué bien poder tener el mar como aliado y la luna en plenilunio y todo ese ambiente tan relajante cerca de donde vivimos
Magnolias