sábado, 1 de agosto de 2009

Foto: SP


Llegó el hombre a la luna, pero siguió amaneciendo. El universo no se entretiene con las osadías humanas. Tiene su propia filosofía, su propia fe y creencias. Ni recuerda ni olvida. Un día más en este largo y, a la vez, corto verano. ...........


Son tan hermosos los amaneceres, pero reconozco que he visto muy pocos en mi vida, no puedo presenciarlos; el vacío, la ansiedad, la sensación de que me arrebatarán la vida, me impide presenciarlos. Siempre, he llevado muy mal mi amanecer con el día. En cambio, están aquellas personas que necesitan mirar el día o recibir el día antes de que amanezca, otra forma, de acaparar o poseer o, quizás, evitar esa inquietud que desasosiega ante la sensación de aniquilamiento personal. Creo que son diferentes formas de expresar la necesidad espiritual que nos impronta.


Reposada en la arena
enraizada profúndamente en el sustrato de la vida
te miro,
nos miramos día y vida
luz y energía
en este amanecer cotidiano
donde lo inesperado no abarca mi conciencia.
Entre las piedras, las dudas juegan al escondite
esperando que este amanecer
colme todas las creencias.

Magnolias en el jardín




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