Evian

Hace un momento voló un pájaro. Un pájaro enarbolado por la respiración. Intentaba hilvanar unas palabras desaliñadas, unos bocetos que se referían a la tarde, su transcurrir, en su ir y venir que es el mío, yo en la tarde, pero ha saltado a mis oídos Mediterráneo.
(...)
Me hallo en el balcón del hotel delante de lago Leman en Evian.
-Míralo Pilar, mira esto que parece el mar, huélelo con los ojos cerrados,¡ves!, no sabe a sal, no sabe a lo nuestro, parece un gran caldo de sopa boba- Un impulso irrefrenable me hace extender los brazos, los alzo y empiezo a cantar y canto, muy mal por cierto, pero como el sentido del ridículo lo dejé olvidado en una caja de zapatos que enterré hace mucho continúo mi concierto a capela. La terraza repleta de compañeros del curso de yoga, desayunan sin la menor mueca que me haga entrever el espantoso ridículo de la artista descerebrada aspirante a transmitir yoga. ¡Mediterráneo es tan grande cuando se extrañan tus orillas!
- Anímate Pilar, vamos.- Cantamos y me quedé tan ancha, tan llena de mar y es que por allí donde vamos dejamos el rastro azul de la espuma, también la del pan con aceite según me dijo la profe Belga de danza, otro día, desayunando.


Disculpad la puntuación, me puede. Reconozco que no escribo más por la puntuación. Los saltos de ideas y el desorden es consustancial a mi persona. Desde que escribo me doy cuenta de un problema importante que tengo en la estructuración de las frases y entiendo más de mi aprendizaje escolar, fui una jabata con tanta dificultad.
Si me lees y sabes más que yo, que seguro que sí, no repares en hacerme saber del error. Gracias