
Cada viernes cojo el tren. Me paseo a lo largo de la costa durante una hora y algo. El tren para en todas las estaciones hasta Barcelona. Sube y baja gente anónima para mí. Reconozco que todos me interesan. Escudriño buscando todas las realidades que guardan. Busco diálogos en las miradas y todas están ocupadas en sus libros, en sus móviles, en sus músicas, en sus blas, blas, blas metales. Ni te dicen un hola ni un adiós y si tú lo haces ni te contestan.
Llegamos a la estación de término de mi trayecto. Todo el mundo camina rápido, rápido como autómatas con el destino clavado en la mente, algunos corren. Entro al bar de cada viernes y ya me conocen, me sonríen, cruzamos cuatro palabras, recuerdan lo que tomo y cuando me voy me dicen hasta la semana que viene, empiezo a ser alguien. Respiro contaminación impregnada de la humanidad recibida.
Llegamos a la estación de término de mi trayecto. Todo el mundo camina rápido, rápido como autómatas con el destino clavado en la mente, algunos corren. Entro al bar de cada viernes y ya me conocen, me sonríen, cruzamos cuatro palabras, recuerdan lo que tomo y cuando me voy me dicen hasta la semana que viene, empiezo a ser alguien. Respiro contaminación impregnada de la humanidad recibida.
4 comentarios:
Curioso: Observar ese mar de gentes solitarias, enfrascadas en sus pensamientos, sus libros o sus músicas...Esa prisa por llegar, ese aferrarse al tiempo y ganarle la batalla... Mar de gentes solas... Ni una sonrisa, hasta que llegas a tu playa, al bar donde tienes nombre, sombra, labios para compartir palabras...
Bonito blog que he encontrado por casualidad.
Saludos
Muchas gracias Esmeralda por tus extensas y bellas palabras en este blog y por tu visita.
Un abrazo
Me encanta que tu jardín sea como la previsión del tiempo, lo miro todos los días y se la ternura que lloverá al día siguiente.
Un beso princesa de las letras (o Doctora, por lo del estudio de las palabras)
Muchísimas gracias Petitapetitesa por tus palabras que me han robado una amplia sonrisa.
Ya me gustaría tener el reino y la gracia de las letra.
Un besote tan... como el cariño que te tengo.
Magnolias en las manos.
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