
Hay días en la vida de cada uno en los que el antes y el después es un puente hacia el futuro.
Al ser que me habitó durante nueve meses,
a la vida que abrió los ojos a las 11 de la mañana,
al alma que quiso poseerlo con todas sus consecuencias
al ángel que lo custodió durante toda su infancia.
La sensación tan hermosa de tenerlo en los brazos
de susurrarle palabras
de besarlo y olerlo
de acariciarle
de sentir la presión de sus manos en mi índice
de su mamar con los ojos cerrados
de su llanto que me parecía música,
de sus sonrisas que iluminaban mi día en todos los tonos de la luz.
FELICIDADES,
Hoy empieza tu segunda decena.
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