RESPIRAR...
Respirar, ¡tú, poema invisible!
Espacio siempre puramente intercambiado
en torno al propio ser. Contrapeso
en el que rítmicamente acontezco.
Ola única, cuyo mar
sucesivo soy yo;
tú, el más parsimonioso de todos los mares posibles, –
ganancia de espacio.
Cuántos de estos lugares de los espacios estuvieron ya
en mi interior. Algunos vientos
son como mi hijo.
¿Me reconoces, aire, tú, lleno aún de lugares que fueron míos?
Tú, una vez corteza suave,
redondez y hoja de mis palabras.
R.M. RILKE
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