Un momento compartido ante el gran espectáculo del mundo. La entrada es libre. La función seguirá su curso sin pedirnos un aplauso o un comentario. Algunos lo llaman milagro.
Parece ser que las dos palmeras observan de puntillas el espectáculo, no sé si también perciben esa música tan bella que acompaña estos momentos y animadas, o poseídas, o embriagadas por la emoción, se deciden a ser las protagonistas de esta danza.
La tierra vibra de emoción. La tierra palpita de emoción. LA TIERRA, nosotros...... y aún no nos enteramos de esta maravilla.
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