Amaneció
con aguaceros en la mirada
cráteres profundos en el alma
y
abismos insondables...
Buscó algún pez abisal
le puso nombre
lo nombró
amistad
Así tan amplio y tan impreciso que cayó en la cuenta que carecía
de abrigo.
Tomó unos poemas prestados
el día se le hizo amigo
para reír o llorar,
quejarse y enrabiarse,
para conciliar el sueño,
para la fe y la lucha,
pero sobre todo para sentirse vivo.
Gracias por cada uno de tus versos.
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