martes, 15 de septiembre de 2009

UN REZO ( Desde el amor)



Esta foto está tomada dentro del coche y a velocidad de 120. Todo está dicho sobre ella.
Es tan impresionante la montaña. Según como se la mire parece una reunión de alta envergadura, una reunión de gigantes. También, me hace pensar en los dedos que apuntan al tema sin la menor duda.

Pensamientos

¿Qué nos mueve a actuar, el valor o el miedo? ¡Hay tanta cobardía disfrazada de valor! Tanto silencio camuflado de miedo y tanto formalismo de apariencias que oculta bellaquerías gigantescas, pero ante la montaña nada de lo mezquino se sostiene. Es la prueba, nuestro juicio sumarísimo, muestra conciencia que ni perdona ni olvida, ni cede al ego ni a la amabilidad de nuestros intereses. La conciencia pesa más que todas las montañas juntas.

Preguntémonos por qué no descansamos. ¿Será que la conciencia tiene un ápice de dignidad y sabe que hubo premeditación y alevosía cuando la inocencia latía en los territorios del amor?

La montaña se eleva hacia el cielo y se mantiene digna en su naturaleza sin aparentar ser más de lo que su condición le reclama, la autenticidad de su ser, descansa, soporta, vibra y respira los días como vienen, sin ser algo que no deba ser y no desea el mal a ninguna de las criaturas sensibles. ¿Por qué iba a querer el dolor de las que amó con tanto sentimiento?

(Hablamos en pasado (.....) pero amar es un acto involuntario que se rige por sus propias leyes y necesita su tiempo de convalecencia; un peregrinaje solitario hacia la calma y la serenidad del espíritu. Si esto no sucediera, podríamos asegurar que fue otra cosa el sentimiento.)



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