sábado, 8 de agosto de 2009



La pinza que sujeta la manopla que cuelga del alambre del tendedero que está situado a lo largo del patio en la casa de mis padres se siente estrella del celuloide, pero os aseguro que salió de una tienda de casta de a todo ni se sabe y se fabricó con el plástico más burdo. Casi que me hace pensar en una golosina de aquéllas tan buenas, que ya no se fabrican, porque el paladar que las saboreaba se quedó jugando al escondite, entre plantas, matas y arbustos, en el patio de la infancia.



2 comentarios:

daniel dijo...

me resultan hermosas la mayoria d tus entradas pero en especial esta. precioso blog.

Magnolias en el jardín dijo...

Muchas gracia Daniel por tu visita y tu comentario.
Magnolias al calor.